En las verdes praderas del señorío de Winterbourne Stoke en las fronteras de
Salisbury, nació el heredero del gran Sir Gard, el honorable señor que cayó en
la gloriosa batalla de XXX y cuyo hijo, Garrick Wolfar estaría destinado a ver
tiempos difíciles para Britania.
Nombrado escudero de Sir Thomas Jail, sirvió a su señor durante años hasta
que el buen Conde Roderick decidió que había llegado el momento de ser armado
caballero para defender las tierras de Salisbury y obedecer las órdenes de Lord
Uther Pendragón, gran rey de Britania.
Durante su instrucción, el joven Garrick entrenó duramente las artes del
caballero, pues la muerte de su padre en XXX, le nombraba directamente señor de
sus tierras, pero aún no estaba preparado para gobernar como un auténtico
caballero, pues casi no era capaz de ganar un combate con espada y mucho menos
aún ser miembro de la caballería del reino, lanza en ristre, por lo que su
madre y viuda de Sir Gard, Lady Arabeth, administraba el señorío hasta que su
primogénito estuviera listo para gobernar aquellas tierras como su padre antes
que él.
Los años que sirvió junto a Sir Thomas le brindaron la oportunidad de ver y
sufrir en sus propias carnes cuán cruel podía llegar a ser el mundo en el que
le había tocado vivir, siendo testigo de múltiples batallas, de donde observó y
aprendió el arte de liderar aquellas guerras, teniendo que sacar a su señor del
campo de batalla en más de una ocasión, víctima de las heridas de sus enemigos,
sajones en su mayoría, pues éstos se habían convertido en una plaga en toda la
costa de Britania.
En uno de esos viajes durante tanto tiempo a las cortes que se celebraban, y
la asistencia de Sir Thomas a Sarum con asiduidad para servir al Conde
Roderick, Garrick contempló por vez primera la que sería su auténtico amor
desde entonces, a sabiendas que una noble y hermosa dama como Lady Adwen,
casada para más inri no iba a fijarse en un simple aprendiz de caballero que ni
siquiera monta en corcel.
Los años pasaron y el Conde Roderick decidió que había llegado el momento de
nombrar a Garrick caballero, pues Sir Thomas había colgado su armadura y
liberado a su corcel, y nada podía enseñarle al joven escudero que no hubiera
aprendido ya. Había sangrado y hecho sangrar, había llorado la pérdida de
amigos y camaradas y había hecho llorar a los amigos de sus enemigos, había
servido con honor y justicia a su señor y por último a su rey. Había llegado la
hora de ser armado caballero.
Cuando el día llegó, el joven muchacho de no más de veintiuna primaveras,
salió decidido al encuentro de su señor Roderick, con su corto cabello de color
oro viejo al descubierto y sus penetrante ojos azules clavados en su destino, Sarum.
En una ceremonia sin gran pomposidad, Sir Garrick Wolfar de Winterbourne
Stoke fue hecho caballero junto a otro escudero, el ahora Sir Langly de
Dunford, y ese mismo día juró proteger Britania de todos aquellos enemigos que
osaran enfrentarse al Alto Rey Uther Pendragón y sus caballeros, entre los que
se encontraban Sir Garrick y Sir Langley, junto a los que pronto serían sus
camaradas de armas, el Gran Oso de Salisbury y el Caballero de la Lanza.
Muchas y difíciles aventuras se presentaban así a los jóvenes caballeros…
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